'Gigantes', la historia del clan de los Guerrero, el gran cine se hace serie y regresa para seguir dejando huella

Me encantó Gigantes, una ficción de tan solo seis capítulos que comencé a ver sin saber nada y de la que salí fascinado tras ver los dos primeros episodios. Me quedé de piedra con esa visualización de una familia criminal de poca monta del Rastro de Madrid.

La serie narra la historia de los Guerrero, una familia que ha encontrado en el negocio de la compraventa de muebles en el Rastro de Madrid la tapadera perfecta para el desarrollo de sus actividades criminales. Una policía que lleva años siguiendo a este clan intentará detener su poder, que se extiende por Andalucía y por la alta sociedad europea.

Todo en la serie es auténtico y bizarro sin llegar a una caricaturización absurda: el Cascorro, los gitanos, las localizaciones, el lenguaje, las interpretaciones (especialmente José Coronado e Isak Férriz)…

El trabajo de materialización del libreto de Manuel Gancedo ha sido fantástico por parte de Enrique Urbizu (“No habrá paz para los malvados”) y Jorge Dorado, pero es que el verdadero mérito lo tiene el guión. La historia parece regirse por principios que rara vez se llevan a cabo en la pantalla como son: el ser fiel a la esencia de los personajes incluso cuando convendría no hacerlo, los intereses amorosos no es lo que mueve a los protagonistas y el más importante, la sutilidad.

No se nos explican ciertos aspectos de forma completa, no hay grandes exposiciones de información y este principio del “menos es más” y su ejecución me parecen brillantes. Al igual que la primera temporada, esta segunda y final también cuenta con 6 capítulos que se estrena el viernes 22 de marzo.

Afortunadamente, Movistar+ me permitió ver los dos primeros episodios y me dejaron pasmado. Especialmente el segundo, que cuenta con unas estrategias narrativas que recuerdan a las ficciones americanas en cuanto a lo impredecible que es, no espera a que sea el último episodio para presentar la confrontación ¡No hay tiempo que perder y menos el del espectador! Además, viene acompañado de una aleatoriedad muy realista que te hace olvidar que estés viendo una serie con estructura encorsetada, la vida real invade cada secuencia.