20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

En mayo de 2019 Adela Cantero, única hija del famoso cantante, denunció en nuestro periódico que había perdido la pista de su hermanastro en Madrid

TVE repasa la vida de El Fary: Fue El Cierre Digital quien descubrió el trágico final de su primogénito

El Fary.
El Fary.
José Luis Cantero 'El Fary' fue uno de los nombres más célebres de la música popular española. Pasó de taxista a vender millones de discos. Su historia personal no estuvo exenta de complicaciones. Casado en dos ocasiones, fue padre de cinco hijos. El mayor de todos tuvo una trágica historia que El Cierre Digital dio a conocer en mayo de 2019 cuando Adela Cantero, única hija del famoso cantante, denunció en nuestro periódico que había perdido la pista de su hermanastro en Madrid.

Esta noche Televisión Española recuerda en su programa 'Lazos de sangre' la figura de José Luis Cantero 'el Fary'. El artista nació el 20 de agosto de 1937 en Madrid y falleció en 2007, a los 69 años. 

Desde joven intentó ganarse la vida en lo que pudo, sobre todo a bordo de un taxi. Sin embargo, a finales de los 70 una casa de discos lo descubrió y empezó a convertirse a un fenómeno musical. 

Su vida privada fue también activa. Tuvo cinco hijos: José Luis, con uno de sus primeros amores, Ana Rodríguez; Adela y Luis, con su primera mujer, Pilar de Miguel; y Javier y Raúl con su segunda esposa, Concepción Olmedilla. Su primer hijo tuvo un final sorprendente como desveló en su día Elcierredigital.com. 

En mayo de 2019, Adela Cantero denunció en nuestro periódico que su hermano mayor, fruto como hemos dicho de una relación de su padre con Ana Rodríguez, estaba en paradero desconocido. Luisito, como era conocido, sólo mantuvo contacto con su hermana Adela Cantero de Miguel, fruto de la relación que duró 10 años de el Fary con Pilar de Miguel, que nació dos años después que José Luis.

José Luis, hijo de El Fary. 

"Yo me lo traje a mi casa de Alicante hace diez años, intentamos que dejara las drogas y el juego. Se gastó los 300 mil euros de la herencia de nuestro padre en apenas un año y aunque lo llevé al médico y quisimos ayudarlo, no hubo manera", contaba en su momento Adela a Elcierredigital.com. Su último domicilio conocido, según pudo investigar nuestro periódico, fue en el número 103 de la calle Ronda del Sur, en el madrileño barrio de Entrevías.

José Luis había estado unos 20 años en prisión por varios delitos de robo. Era politoxicómano, pero en una de sus salidas penitenciarias su hermana Adela lo recogió y José Luis aprovechó para reclamar su parte de la herencia de El Fary, 300.000 euros, que gastó, según su hermana "en drogas y juegos online, porque estaba enganchado al juego también" y recordaba que "volvió a las andadas aquí en Alicante y cuando se acabó el dinero, robó un coche y lo estrelló, luego entró en una tienda, les dijo a las chicas que se metiesen dentro de las cortinas y luego salió a esperar a la policía sentado en un banco". El dinero lo agotó en apenas un año y no tenía donde ir.

Durante un tiempo, el dinero de la herencia se lo estuvo administrando su abogado, Ramón Fernández de Mera, pero luego Luisito se lo reclamó. Su abogado logró que evitase la prisión por última vez, donde querían meterlo por conducir sin carnet. En 2017, un informe médico presentado por su abogado decía que padecía cáncer de próstata y de riñon y que tenía que acudir a diálisis con frecuencia, también destacaba que era "consumidor activo de cocaína y heroína", que padecía hepatitis C sin tratar y una EPOC, enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

El final de Luisito

Dos días después de que Elcierredigital.com publicara el llamamiento desesperado de su hermana, recibió una información de una vecina del madrileño barrio de Vallecas. "Luisito murió hace un año o así. Estaba muy malito del cáncer y falleció en casa después de irse del hospital Gregorio Marañón, donde estaba ingresado".

Adela Cantero. 

Milagros, la susodicha vecina, habló con Elcierredigital.com después de ver la repercusión de la noticia en el programa de Telemadrid Aquí hay madroño. Milagros explicó que "murió hace un año aproximadamente, lo ingresaron en el hospital, pero él no quiso quedarse y fue a morir a casa. Vivía con otro chaval llamado Miguel. Tenía una pensión y había dejado las drogas. Él se tomaba una cerveza de vez en cuando. Jugaba al mus en una bodega de la calle Mudela y aquí todo el mundo lo conocía".

Milagros cuenta que conocieron a Luisito porque un familiar suyo cumplió condena con él hace muchos años, primero en Carabanchel y luego en Aranjuez y "cuando mis padres iban a comunicar, pues aprovechaban y lo visitaban a él. Estaba muy solo y a mis padres les daba pena. Luego cuando salió venía aquí a comer a casa algunas veces, no tenía donde ir, le dimos ropa de mi hermano y de alguna manera, lo adoptamos porque nadie se ocupaba de él. Luego alquiló una habitación aquí muy cerca", recuerda Milagros, que añade que "iba todos los sábados a comer al bar de un amigo en Aranjuez porque conocía allí a alguien que le daba alguna ayuda de vez en cuando".

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