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Persona de espaldas con los brazos levantados hacia el sol en un paisaje montañoso al atardecer.
COLUMNAS

Desplegar nuestro poder interior

La vida, la salud, y el bienestar en nuestras manos. Columna de opinión por Federico de Sánchez

Cada vez es mayor el número de personas que  están adquiriendo conciencia. En concreto de la vital importancia que tiene disfrutar de una buena salud y un verdadero bienestar. 

Pero no es menos cierto que  esa preocupación se manifiesta en muchas ocasiones de manera insuficiente o inadecuada. Con excesivas concesiones a la superficialidad. A la apariencia física y estética -eso que se ha dado en llamar culto a la imagen-. En detrimento de nuestro verdadero equilibrio y ser interior.

Muchas enfermedades con significativa prevalencia actual son conocidas por sus manifestaciones sintomáticas. Pero no por sus causas originales: la pelagra, el beriberi, o el escorbuto -bien conocidos históricamente- son desencadenados por déficits y carencias nutricionales. Estas que una vez subsanadas, remiten y se curan rápidamente. 

De igual manera, hoy un sin número de desequilibrios físicos, psíquicos y emocionales poseen un clarísimo componente nutricional. Responden muy bien a la administración de complementos vitamínicos, minerales, enzimáticos, etc.

¿Por qué están tan extendidas y arraigadas estas manifestaciones y cuadros patológicos en general? Nuestra forma de vida actual, a pesar de todos los indudables avances y conocimientos. Nos está alejando cada vez un poco más de nuestras verdaderas necesidades. De nuestra esencia y naturaleza humana.

Persona sentada en un muelle al atardecer con la cabeza apoyada en las rodillas.
La importancia del poder interior | Redes sociales

En nuestro empeño y afán constante por avanzar y adaptarnos a tantas exigencias, preocupaciones y objetivos cómo nos planteamos, estamos acallando a nuestra innata sabiduría interior, como una forma de proseguir nuestra “loca carrera” hacia ningún sitio. 

Aún sabiendo en el fondo de nosotros que no estamos haciendo lo mejor. Reorientar nuestro rumbo -un tanto perdido- sería una de las mayores urgencias y necesidades. Si no queremos transformarnos en auténticos desconocidos para el mundo y para nosotros mismos.

Recuperar nuestro poder interior es una tarea esencial para poder ejercer de capitanes y timoneles en este amplio navegar que es la vida. Dejar de delegar nuestras responsabilidades en otros, atribuir a las circunstancias o a la supuesta mala suerte nuestras dificultades.

Nos ahorrará mucho dolor y sufrimiento inútil, dejando de percibirnos como víctimas a merced del infortunio y la cambiante y caprichosa actitud de otros. 

La necesidad de recuperar nuestro poder interior

No podemos -es cierto- controlar los pormenores o avatares de la naturaleza o la conducta y comportamiento de los demás. Pero sí podemos elegir el modo en que actuamos y reaccionamos.

Cuando lo hagamos sabia, intuitiva e inteligentemente, podremos ahorrarnos dosis añadidas de malestar, en cualquiera de sus manifestaciones. Enfados, ira, resentimientos, que además de destructivos, no añaden, precisamente, salud, paz, ni alegría a nuestra vida.

De todas las situaciones y cosas, que llegan a nosotros, solo debemos extraer las mejores enseñanzas para aplicarlas en lo sucesivo. Constructivamente, y no seguir regocijándonos en la impotencia una y otra vez. 

Estas lecciones y preciosas enseñanzas, debemos transformarlas en poder creador que nos eleve por encima de los obstáculos. Además de ayudarnos a comprender los complejos mecanismos que se esconden tras los comportamientos y conductas distorsionadoras. Entre ellas compulsiones, neurosis, miedos, complejos, inseguridades.

Orígenes que pueden remontarse (quizás) a nuestra infancia. En la que precozmente se nos “enseñó” a ejercer de verdugos o víctimas. Al haberse visto minada nuestra confianza y valor personal, por la mas o menos ignorancia inconsciente de quienes nos rodeaban.

Se afianzaron así nuestros miedos, y la percepción imperiosa de convertir la vida en una lucha y combate permanente, contra todo y contra todos.  En este entorno es donde se comienzan a generar las condiciones que más tarde influirán y determinarán en gran medida nuestra vida y nuestra salud.

De ahí la importancia que, para disfrutar de una vida verdaderamente satisfactoria y feliz, hasta donde podamos, nos dediquemos a alimentar nuestro cuerpo. También nuestra mente y nuestro espíritu, con los mejores ingredientes. Amor, conciencia, paz, sabiduría, y serenidad, es un cóctel mágico, milagroso, para encontrarnos con el sentido y el propósito de nuestra existencia.

Siluetas de dos personas con los brazos extendidos frente a un atardecer en la playa.
Cómo fortalecer tu poder interior | Redes sociales

Por todo ello, es necesario recuperar nuestro poder interior, la capacidad de elegir y decidir en coherencia con nuestra conciencia y convicciones, para hacer de nuestra vida un camino de auténtica evolución y crecimiento como seres humanos.

Quizás tengamos para ello que abandonar esa falsa percepción que nos condiciona, aprisiona y desorienta, de aparente seguridad y comodidad, en la que a veces estamos instalados, y en las que derrochamos gran parte de nuestra energía, para abrirnos mucho más a esa vertiente menos racional y lógica, pero más impregnada de verdadera sabiduría; escuchar los mensajes que cada día nuestro corazón nos traslada, provenientes de las esferas más profundas de nuestro espíritu y nuestra alma.

Dejar de ser meros espectadores de este “gran espectáculo” en que algunos quieren transformar la vida. Reafirmar nuestra confianza en que un tiempo y una conciencia nueva están emergiendo imparables para que transitemos hacia un mundo mas humano. En el que el amor no resulte sospechoso, y los abrazos se expresen sin vergüenza. 

Saber que la mayor necesidad y urgencia es siempre amar. Amar aquello que hacemos, amar a quienes nos rodean, amarnos ¡cómo no!, a nosotros mismos.

Debemos imbuirnos de confianza, de fe y de entusiasmo. Creer por encima de todo que cualquier proyecto y camino por utópico que pueda parecernos, es posible, si dejamos de pensar que es imposible. 

Vivir con autenticidad y plenitud.

Federico de Sánchez

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