Almudena Carracedo, directora del filme sobre 'la Manada': Transformó la sociedad
"La cineasta de 'No estás sola': 'No hay que cuestionar ni culpar a una mujer agredida'"
La madrugada del 7 de julio de 2016 la provincia de Pamplona estaba de fiesta. Una fiesta que, tras el comienzo de los sanfermines, se tornó en tragedia. Fue aquella noche cuando cinco hombres, originarios de la ciudad de Sevilla, y que tenían un grupo de WhatsApp llamado 'La Manada', agredieron sexualmente a una joven de dieciocho años en un portal de una de las calles de la ciudad navarra.
Aquel caso, que tomó el nombre del grupo de WhatsApp, abría los informativos, ocupaba las portadas de los periódicos y fue el detonante para alzar la voz contra los abusos sexuales que sufrían muchas mujeres. El episodio marcó un punto de inflexión en la sociedad, celebrándose diversas manifestaciones de apoyo a la víctima en muchas ciudades de nuestro país y creándose, tras la sentencia, el movimiento #cuéntalo con el fin de visibilizar la violencia sexual que sufren muchas mujeres y que no cuentan por miedo.
Este pasado mes de marzo el caso ha sido objeto del documental 'No estás sola: La Lucha contra la manada', que se estrenó en la plataforma Netflix. Bajo la dirección de Almudena Carracedo y Robert Bahar, este proyecto, en el que han trabajado durante tres años y medio, aborda en profundidad la agresión sexual de los sanfermines de 2016 así como la de la víctima de Pozoblanco y el asesinato de Nagore Laffage en 2008.
Y, precisamente, para un nuevo episodio del podcast de entrevistas 'La Llave del Cierre', el cual se emite cada lunes a las 10.00 horas en las plataformas de Youtube, Spotify y Podimo hemos contado con la participación de la cineasta Almudena Carracedo, con quien hemos hablado de este caso que ayudó a visibilizar las agresiones sexuales que sufren muchas mujeres.
- En primer lugar, quiero felicitarles, tanto a usted como a Robert Bahar, por este documental que ha rescatado uno de los peores episodios de agresión sexual en España.
- Han sido tres años y medio de proyecto. Era muy importante para nosotros poder visibilizar este caso, tan presente en los medios y tan conocido por parte de la sociedad. Hay que pensar también cuántas agresiones quedan invisibilizadas. Lo que diferencia este caso de otros es que salió a la luz y que consiguió, un poco, la transformación de la sociedad. Ha sido difícil estar de manera permanente con este tema en la cabeza. Es doloroso.
- Además de la agresión sexual de los sanfermines de 2016 abordan el caso de la víctima de Pozoblanco y el asesinato de Nagore Laffage en 2008.
- Sí, y ha sido duro. Porque cuando pensamos en estos casos lo hacemos como algo externo. Sin embargo, todas hemos vivido algún tipo de violencia sexual. Por eso, cuando te metes dentro es difícil, porque te das cuenta de cómo toda esa violencia se manifiesta. No solo es el testimonio de la víctima de la agresión en San Fermín, es que hay una historia entrelazada con la de la víctima de la agresión en Pozoblanco y también está presente en el asesinato de Nagore Lafagge. Por otra parte, la película también refleja el movimiento ‘Cuéntalo’, es decir, hay un momento en el que miles de mujeres contaron sus experiencias y pudimos leer todos los testimonios, todos los ‘cuéntalos’…
- ¿Qué les han contado las víctimas supervivientes? ¿Han visto el documental?
- Durante todo el tiempo hemos trabajado con la familia de la víctima de los sanfermines, ella no ha participado de manera directa. Su testimonio se ha recogido de las declaraciones judiciales, de las cartas que envían los medios y, obviamente, de la participación de las personas que estuvieron acompañándola, que han hablado con su permiso. La familia la ha visto y le ha parecido bien y la víctima de la agresión de Pozoblanco también ha visto el documental y le ha parecido muy bien. Estas son experiencias emocionales profundas y lo que se quiere transmitir es muy justo y, también, muy necesario.
Nosotros queríamos contar la historia partiendo de cero morbo y con total respeto hacia las víctimas, contar la historia de manera completa y rigurosa. No es una versión contra otra, sino mostrar los hechos probados, que han sido verificados por todas las sentencias judiciales. Era importante entender que no es una versión sino que, al fin y al cabo, es casi un mosaico para entender lo que pasó, pero desde dentro. Es decir, de cómo se vive este proceso en la piel de las víctimas.
- Como mencionaba, han sido tres años y medio de trabajo, ¿han sentido miedo por las presiones que pudieran sufrir al contar esta historia?
- No, no hemos sentido miedo, sino que hemos querido mostrar mucho respeto y contarlo bien y por ello le hemos dedicado tanto tiempo. Trabajamos hasta que sentimos que teníamos lo que queríamos hacer. Pero fue difícil. Por ejemplo, qué detalles contar para que se entendiera la brutalidad de la agresión, pero sin contar cosas que no pertenecen al público, detalles que solo pertenecen a la persona agredida y a los investigadores. Hubo todo un proceso para pensar cuáles eran las líneas rojas. Al final, también queríamos demostrar que se puede hacer una cobertura respetuosa sin entrar en detalles que revictimizan a las víctimas.
- Son tres los testimonios que abordan, ¿hay alguno que les haya emocionado especialmente?
- Con la madre de Nagore tuvimos que parar. Somos un equipo mayoritariamente compuesto por mujeres. En algunas de las grabaciones nos encontrábamos nosotras llorando. Un ejemplo fue durante la entrevista de Asun, la madre de Nagore. Fue muy emotiva para todos, pero no queríamos trabajar desde el dolor. Es muy importante entender que el documental no trabaja desde el dolor. Obviamente te emociona, pero también trabaja desde la esperanza.
- En el documental fue Asun quien dijo que, tras levantarse con la noticia de la agresión sexual de 2016, se levantó de la cama y fue a la manifestación para apoyar a la víctima…
- Asun es un ser de luz. Es una mujer que está muy implicada, da charlas en los colegios explicando a la gente joven lo que significa la violencia sexual. Para ella el asesinato de su hija le cambió la vida y para nosotros su participación en el documental es super importante. Lo que ella cuenta y lo que sentimos a través de ella. Una madre que ha perdido a su hija que lo que hace es asumirlo como una lucha personal para concienciar a la sociedad.
- Volviendo a la agresión de los sanfermines, fue muy criticado el juicio paralelo que se le realizó a la víctima, de hecho, el abogado de ‘La Manada’ cuestionó incluso cómo se sentaba.
- Para contar este proceso era importante hilar los tres procesos que presentan situaciones parecidas. El juicio a la víctima nos hace regresar a ocho años antes, al juicio de Nagore. Ya no estamos hablando solo de un caso, estamos hablando de un patrón de cuestionamiento. Es que a la madre de Nagore, a la madre de una chica asesinada, le preguntan si su hija era ligona, esto nos hace preguntarnos ¿a quién estaban juzgando en esa sala? Era muy importante hacer entender esos patrones de cuestionamiento de las víctimas, que no solo están en la sociedad, porque la película analiza las redes sociales, la respuesta mediática, pero también dentro de la judicatura hay mucho que hacer y mucho que aprender.
Queríamos explicar que estos patrones sociales también se ven reflejados en los juicios, porque los jueces y las juezas también son personas. Y cómo esto ha evolucionado es importante. Es decir, ya no preguntan si es ligona, pero el abogado de la defensa cuestionó cómo se sentaba. Aunque todo hay que decirlo, le pararon los pies. Era importante hilar los juicios para entender ese cuestionamiento permanente que la sociedad tiene hacia las víctimas.
- ¿Usted cree que a día de hoy la sociedad está lo suficientemente sensibilizada con los delitos de agresión sexual, con la violencia sexual?
- Hay un avance respecto a que la gente entiende que hay una serie de cosas que no se pueden hacer o no se pueden decir. Pero nos queda mucho camino, nos queda muchísimo camino. En este caso quedaron muchas dudas que no deberían existir, porque cuando una mujer sufre una agresión sexual de cualquier tipo nadie puede, de ninguna manera, culpabilizarla ni cuestionarla. Esto es lo que tiene que cambiar.
- En el documental también hacen un retrato de los agresores. Uno de los momentos que más se cuestionó fue que la víctima se dio un beso con uno de ellos.
- Sí, justo. Y de hecho, Asun, la madre de Nagore, dice: “sí, claro, y mi hija sí subió a la casa”. ¿Y qué? ¿eso te da derecho a agredir a una mujer? Yo me puedo dar un beso con un chico, pero eso no significa que quiera tener relaciones sexuales con sus otros cuatro amigos, ¿no?
- Uno de los integrantes de ‘La Manada’ afirma que grabaron en vídeo la agresión sexual porque querían recrear una película pornográfica.
- Sí, en este caso ellos querían recrear una película porno. Y, efectivamente, los chicos y las chicas están accediendo a porno a edades muy tempranas, que es muy difícil de procesar el hecho de que la primera educación sexual que reciben es a través del porno, pero que también es muy importante entender que el porno no es el culpable, el porno es un reflejo del problema. Porque hace 200 años no había porno y había agresiones sexuales. Hay un problema a nivel social, el porno es un reflejo de ello, y lo que tenemos que cambiar son las estructuras sociales para hacer que la violencia sexual no sea un trofeo para algunos hombres.
- ¿Han tenido la posibilidad de contactar con el abogado de los agresores para la participación en el documental, para contar con su testimonio?
- Claro. Nuestro punto de partida era todo ese ruido que se creó por aquel entonces. En parte, porque uno de los abogados de la defensa tenía una plataforma y estaba todo el día en plató. Queríamos contar la historia de aquellos que no habían hablado. Desde esa premisa, él ya había contado todo lo que tenía que decir. Sin embargo, si tú, por ejemplo, estás en Australia y ves la película, era importante también que, tanto los agresores, luego condenados, como el abogado de la defensa pudieran tener un espacio en el que contaran lo que ellos pensaran. Por eso hay muchísimas intervenciones de él, no de manera directa, pero sí a través de los medios, etc.
- ¿Por qué cree que hoy en día muchas mujeres se resisten a denunciar una agresión sexual?
- Obviamente porque es un delito que afecta a una intimidad muy profunda. Y, además, cada mujer lo vive de manera diferente. Es cierto que muchas más mujeres están denunciando. Todavía no se entiende muy bien si han aumentado las agresiones o lo que ha aumentado son las denuncias. Esto es algo que se está analizando. Lo que se sabe es que la edad ha bajado. Esto es completamente cierto, lo que nos hace regresar a la necesidad de la educación sexual en colegios, institutos o, incluso, en la propia familia.
- ¿Han recibido muchas críticas?
- No, la verdad es que pensábamos que podía haber críticas pero, sin embargo, ha sido muy bonito, porque en las redes sociales se convirtió en tendencia con el título de #noestássola. Y eso fue muy bonito, entender que no estamos solas porque estamos juntas, apoyándonos y diciéndonos: “no estás sola”.
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