72 años de Carmen Martínez Bordiú: Así vive la 'nietísima', alejada del foco mediático
La aristócrata ha soplado las velas en el municipio portugués de Nazaré donde reside junto a su pareja, Timothy McKeague
El pasado domingo Carmen Martínez-Bordiú cumplió 72 años alejada de los medios de comunicación. Dos años antes declaró a la revista ¡Hola! que su deseo era que "la gente se olvidara de ella". Desde que muriera su madre, Carmen Franco Polo en diciembre de 2017, la ‘nietísima’ ha optado por llevar una vida discreta en Nazaré, localidad portuguesa muy cercana a Lisboa, donde vive junto a su pareja el coach australiano Timothy McKeague, de 35 años.
Al finalizar 2020, rumores de ruptura surgieron en la prensa del corazón pero Carmen los desmintió tajantemente y siguió con su vida en el país luso, sin querer saber nada de las polémicas que han envuelto a su familia. En las batallas políticas entre sus hermanos y el Gobierno de Pedro Sánchez, Carmen ha optado por no intervenir. Tanto es así, que incluso no quiso hacer declaraciones cuando se vio envuelta en la polémica al rehabilitar para sí el título nobiliario que ostentaba su madre, otorgado por el rey Juan Carlos I, el Ducado de Franco.
Fuentes cercanas a la familia aseguran que el repentino interés de Carmen por los títulos nobiliarios responde a una petición de su hijo, obsesionado con ellos. Parece ser que Carmen portaría el título solo unos meses para luego cedérselo a su hijo. Sólo por él, la exduquesa de Cádiz ha roto su discreción en el plano de la política.
De hecho, uno de los motivos de fricción con su exmarido, el eterno candidato al trono francés Alfonso de Borbón y Dampierre, era que las ideas políticas no afectasen a su hijo. En 1989, tras la trágica muerte de Alfonso, Carmen declaró en una revista del corazón: “No es serio pretender ser rey de Francia”. Sin embargo, Carmen no triunfó en su empeño y la influencia de la abuela paterna, la condesa Emmanuella Dampierre, fue decisiva en Luis Alfonso, que reclama el trono de Francia con el nombre dinástico de Luis XX.
La vida en rosa
Hasta ahora, si alguien de los nietos del “caudillo” sobresalía igual o más que el clan de los Pantoja en el papel couché, esa era Carmen Martínez-Bordiú Franco. La llamada “niña” nació en el Palacio de El Pardo en 1951. Cursó el bachillerato en el colegio de las teresianas de Somosaguas (Madrid) y la reválida en el colegio Lope de Vega. Pero ahí quedó todo su currículo académico.
Se dedicó a la alta costura y a la cría caballar como salida profesional, al margen de ser la nieta preferida del general y de Carmen Polo. Con sólo 21 años se casó con Alfonso de Borbón, nieto de Alfonso XIII y duque de Cádiz, primo hermano del rey Juan Carlos, catorce años mayor que ella.
Antes Carmen vivió una historia de amor con Jaime Rivera, con el que incluso llegó a anunciar boda, nunca llegó a término. En las navidades de 1970 vivió un affaire, que no recogió la prensa española, con el príncipe Fernando de Baviera, mayor que ella y casado. Ambos se marcharon a Francia y fue el entonces príncipe Juan Carlos quien convino a su primo Fernando a que rompiera el asunto.
Tal vez por estos amores de juventud, algunos rumores apuntaban a que la relación entre la pareja podría haber sido convenida por la familia Franco con los Borbones para encauzar el rumbo de la "nietísima".De hecho, según sus amigas, Carmen ha admitido en privado ciertas dudas sobre la pureza de su amor hacia el que fue su marido.
En lo que sí ha sido clara es en defender que ella, ajena a cualquier asunto relacionado con ambiciones políticas, nunca pensó en él como un príncipe, sino como un hombre normal. La boda se celebró el 8 de marzo de 1972 ante la atenta mirada de mil invitados selectos. Vestida de Balenciaga, Carmen fue llevaba al altar por su abuelo y padrino, Francisco Franco.
El joven matrimonio se instaló inicialmente en Suecia. La pareja tuvo dos hijos: Francisco, nacido en 1972, y Luis Alfonso, en 1974. Sin embargo, la felicidad del hogar duró poco y el matrimonio se separó en 1979. Carmen decidió abandonar Madrid y trasladarse a París para emprender una nueva vida junto al anticuario parisino Jean-Marie Rossie, con el que tuvo a su hija Cynthia.
Su decisión de abandonar la capital de España y dejar a sus hijos con su padre movió los cimientos franquistas, que criticaron duramente su condición de madre. Según sus amigas, Carmen ha reconocido en varias ocasiones que “no ha sido un ejemplo de buena madre”.
Durante el tiempo que Carmen y Jean-Marie vivieron juntos en París, la nieta predilecta de Franco e Isabel Preysler afianzaron su longeva amistad. Se conocieron cuando ambas tenían 18 años, cuando Preysler llegó de Filipinas y se hizo novia y posterior mujer del cantante Julio Iglesias. Las dos coincidían en el mismo círculo de amigas y amigos.
Una de las anécdotas de aquella amistad fue en relación a la verdadera edad de la 'reina de corazones'. El pasado 17 de febrero Isabel cumplió 73 años y no 72 como ha afirmado. Esta revelación ofrecida por elcierredigital.com se debe a que la exmujer de Julio Iglesias quería parecerse a su íntima amiga.
En 1995 se rompía su matrimonio con Rossi, un año antes habían decidido separarse. En 1993 ya había conocido a Roberto Federici y tras su ruptura con Rossi comienzan una relación que dura 10 años.
Unos años más tarde, Carmen se casó con el empresario y exdeportista cántabro José Campos, catorce años menor que ella. Campos, un singular personaje muy conocido en Santander por sus conquistas femeninas, fue un reconocido atleta y obtuvo grandes triunfos en la disciplina de salto de longitud (fue campeón absoluto de España y tres veces internacional). Posteriormente, se reconvirtió en hotelero y hoy gestiona un club de pádel y un restaurante en la capital cántabra llamado “Galería Culturas”.
Tras el divorcio en 2013, se unió al empresario del negocio de la chatarra, Luis Miguel Rodríguez, el creador y propietario de Desguaces La Torre, considerada la empresa más grande del sector en Europa. Luismi, como le llaman sus numerosos amigos, que pertenecen a todo tipo de estratos sociales y económicos, es hijo de un humilde agricultor y carece de estudios más allá de los básicos, pero a Carmencita no pareció importarle mucho. Junto a él estuvo varios años, “enamorada” de la inteligencia natural y capacidad de observación y escucha que dicen que tiene “el rey de la chatarra”, algo que le ha ayudado a alcanzar su éxito como empresario de este sector.
Carmen volvería a encontrar el amor en los brazos del profesor de yoga y coaching emocional Timothy McKeague, un australiano 34 años más joven que ella con el que vive en una finca campestre cercana a la localidad portuguesa de Sintra, relativamente cerca de la capital, Lisboa.
El patrimonio de la nieta preferida de Carmen Polo
A la muerte de su padre, Carmen y sus seis hermanos heredaron muchas de las propiedades inmobiliarias del marqués de Villaverde, cuyo testamento fue otorgado el 8 de julio de 1988 ante el notario José Luis Álvarez, que fuera alcalde de Madrid. De este modo, junto a sus hermanos y su madre, se hizo con la propiedad de una finca de más de 28 hectáreas en La Hacienda Arroyo-Vil, en Baeza (Jaén).
Así mismo, pasó a controlar varias parcelas en la urbanización madrileña de La Florida, en el término municipal de El Pardo. Precisamente, algunas de ellas fueron vendidas luego a la familia constructora San Román y a la empresa Inversiones Refinsa S.L. Gracias a estas “pequeñas” operaciones inmobiliarias, los Franco consiguieron, según declaración registral, unas ganancias de unos cinco millones de euros.
Otras suculentas operaciones inmobiliarias de Carmen y sus hermanos fueron la venta de una parcela en la Colonia “El Bosque”, en Pozuelo de Alarcón (Madrid); la venta de una finca rústica de seis hectáreas de olivares de secano en Mancha Real (Jaén); y la de unos apartamentos en la Playa de Campoamor, en Alicante.
Esta vena empresarial y especulativa de Carmen Martínez-Bordiú la continúa su hijo mayor, Luis Alfonso de Borbón Martínez-Bordiú, considerado en Francia como el duque de Anjou y heredero a dicho trono. El hijo del que fuera duque de Cádiz también ha heredado el carácter empresarial y dinerario de su madre y puede ser en el futuro, como desea su madre, el duque de Franco. Quizá sean sus nuevas veleidades políticas y franquistas.
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