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Cabras montesas descansando y pastando en un terreno rocoso bajo un cielo despejado.
AUTONOMÍAS

La superpoblación de la Cabra Montés crea daños irreparables en Guadarrama

La Fundación Artemisan ha denunciado que en el Parque Natural de Guadarrama (Madrid) hay una sobrepoblación.

La institución que se dedica a la investigación y comunicación de la caza y trabaja para afrontar los retos del sector cinegético en España, Fundación Artemisan, ha tomado la decisión de intervenir ante la grave situación que se está viviendo en el Parque Natural de Guadarrama. El alto número de cabras montesas están provocando daños irreparables a la fauna y flora.

En una nota de prensa oficial han explicado que “el problema deriva de la falta de control de la población de la cabra montés en Guadarrama que está provocando daños irreparables para la flora (desaparición de especies vegetales autóctonas), fauna (desplazamiento de otras especies), el ecosistema y la biodiversidad del parque debido a la sobrepoblación de ejemplares, que en estos momentos supera los 4.500”.

Esto significa que hay una densidad de 47 individuos por kilómetro cuadrado, cuando la recomendación es de 10, según los expertos. Esta tasa de densidad es la más alta registrada históricamente para estos animales. Existe, por lo tanto, un elevado riesgo de que revivan enfermedades que puedan acabar con la especie, como puede ser la sarna.

Estudios de investigación

“Hemos estudiado la zona de la Pedriza y hemos constatado que los altos niveles de ramoneo por la densidad poblacional de cabras no son sostenibles con el mantenimiento de especies arbóreas y arbustivas, que además están protegidas por las leyes de la Comunidad de Madrid y por la Ley de Patrimonio Nacional y Biodiversidad”, informa Alfonso San Miguel, doctor Ingeniero de Montes y catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid que ha colaborado con la Fundación Artemisan.

Dos cabras montesas con grandes cuernos en una formación rocosa bajo un cielo azul.
Cabra montés en el Parque Natural de Navacerrada (Madrid). | El Cierre Digital

De hecho, asegura que “el peligro desmedido de esta especie por el alto riesgo de enfermedades puede llegar a una desaparición total de la misma. En animales libres la curación es prácticamente imposible y la única forma de prevención, ya que la prevalencia de parásitos es proporcional a la densidad, es el control de población por captura y por caza selectiva”.

San Miguel concluye que “es mucho más razonable controlar las poblaciones que los animales acaben muriendo de sarna, además del grave problema sanitario que la fauna silvestre puede trasmitir a la cabaña ganadera”.

La llegada de la cabra montés 

En el año 1989 llegó la especie al Parque Natural de Navacerrada con 67 ejemplares. Ahora hay 4.500, pues no se han tomado prevenciones sobre la población de dicha especie y se ha alcanzado un momento crítico. Fue en 2010 cuando se alertó sobre ello, pero nunca se le ha tomado la suficiente importancia.

Además, PACMA interpuso una denuncia y se dejaron de controlar las cabras de Guadarrama tras una decisión judicial. Ahora, esta decisión ha sido calificada como “nefasta” por los científicos y ruegan que se refuerce nuevamente ese control para evitar una catástrofe.

Un grupo de cabras montesas con grandes cuernos se encuentra sobre unas rocas en un paisaje montañoso.
Grupo de cabra montés en Navacerrada. | El Cierre Digital

La Comunidad de Madrid presentó un Plan de Gestión de la Cabra Montés en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. El Plan de Control de las Cabras  estaba acordado con los cazadores locales, comprometidos con la colaboración en la realización de controles de poblaciones con arma de fuego. El partido animalista PACMA, sin embargo, recurrió el Plan de Gestión y solicitó su suspensión; el juez aceptó y el Plan de Control cayó.

Otros casos similares

En 1990 la sarna acabó con el 90% de las cabras hispánicas en Cazorla. También hubo temores en 2015 en los puertos de Beceite. Por no hablar también de lo que pasó en el Parque Regional de Sierra Espuña (Murcia) y la conjuntivitis que surgió en las cabras montesas en los Picos de Europa.

Los expertos expresan que prefieren que las cabras sean cazadas antes que fallezcan por una enfermedad como la sarna, con la que pasarían momentos de mucho sufrimiento. 

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