La desaparición del joven de 30 años en Cantabria continúa dejando muchas incógnitas y es una de las más misteriosas que se han producido en España recientemente. La que fuera una escapada de fin de semana con amigos y familiares en mitad del desconfinamiento se convirtió en un hecho trágico en el que se sigue planteando la duda de cómo pudo desaparecer de una forma tan repentina.

El pasado sábado 23 de mayo, Alejandro Mencía se encontraba en la cabaña de ‘El Teju’ pasando el fin de semana. La vivienda está en un monte de la Hermandad de Campoo de Suso, un municipio de Cantabria. Hasta una decena de jóvenes estaban con él, un grupo formado por amigos y familiares del desaparecido.

Fuentes cercanas a la investigación señalaron a elcierredigital.com que la intención  era "desconectar, relajarse y tomar unas copas junto a una decena de caras conocidas". Lo cierto es que Mencía estaba pasando un buen rato y, junto a uno de sus amigos, comenzó a pelearse, a modo de broma, lanzándose boñiga de vaca.

Tras esto, ambos decidieron bajar a un arroyo cercano para limpiarse y aquí es donde comenzó el misterio: Solo volvió a la cabaña su amigo. A partir de este momento, los hechos son poco claros. Su amigo relató a la Guardia Civil que, si bien al principio estaban juntos limpiándose en el arroyo, a la hora de volver a la cabaña, Mencía se quedó atrás. También negó que ambos estuvieran enfadados.

El joven desapareció llevando únicamente un pantalón, pues no tenía puesta en ese momento ni camiseta ni botas o calcetines. Tampoco queda claro por qué se tardó tanto en llamar al 112. Sus amigos y familiares pasaron horas buscándolo sin llamar a los servicios de emergencia, con los que no se contactó hasta la una de la mañana, después de que un vecino que se acercó les pidió que lo hicieran.

Esto condujo a la activación de un operativo de búsqueda al amanecer en el que incluso se emplearon drones con cámara térmica para buscar fuentes de calor. No obstante, los vehículos aéreos no tripulados no encontraron señales de vida. El dispositivo, formado por técnicos de la Dirección de Interior autonómica, agentes de la Guardia Civil y del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña, no tuvo éxito.

Casi mil personas rastrearon la zona

Luego, tal y como explicaron desde SOSDesaparecidos Cantabria a este medio, casi mil personas rastrearon la zona y solo encontraron las botas de Alejandro en dirección norte, aproximadamente a un kilómetro de la cabaña. "Días después, trajeron desde Madrid unos perros que participaron en el dispositivo de búsqueda de Diana Quer y también varios helicópteros rastrearon la zona. Pero no hubo suerte", añadieron.

Búsqueda de Mencía.

En octubre, su prima Belén Cuesta ya había declarado que, en este caso, "la falta de indicios es el mayor indicio". Su prima recordó que Alejandro no conocía tan bien el valle como la gente con la que fue, muchos de ellos ganaderos, ya que “él no trabajaba en la montaña".

Asimismo, en aquel momento Belén señaló que su familia estaba convencida de que el joven estaba "en las torcas y allí tiene que seguir buscando el Grupo de Rescate e intervención en Montaña de la Guardia Civil”. “Si las botas se encontraron al norte, por favor, que busquen al sur”, añadió.