Este año Pablo Ibar cumplirá 28 años interno en una prisión de Florida. Tras 16 años en el corredor de la muerte, Ibar se encuentra actualmente cumpliendo su condena a cadena perpetua en la cárcel de Okeechobee (Raiford, Florida) por haber asesinado, presuntamente, a Casimir Sucharski, mánager del club Nickelodeon, a la modelo Marie Rogers y a la modelo Sharon Anderson. Ibar se declara inocente, y su defensa sigue luchando por evitar la cadena perpetua, tal y como lo hizo con la pena de muerte. Ahora, el abogado Joseph Nascimento, encargado de representar a Ibar, ha interpuesto una apelación judicial para repetir el juicio que tuvo lugar en 2019 y que condenaba al español.

Nascimento ha comentado a elcierredigital.com que el nuevo juicio podría tener lugar “en el hipotético caso de que ganáramos este recurso y se decretara repetición del juicio, quizá en seis meses”. Una cifra que, afirma, no es exacta, porque, como ya pasó en otros procesos del español, las esperas podrían alargarse años. “Podría perder otros cuantos años. En el historial previo del Tribunal Supremo de Florida consta que decretó la repetición del juicio en febrero de 2016 y no empezó hasta octubre de 2018. Dos años y pico después”, confiesa a este diario Andrés Krakenberger, portavoz de la Asociación Pablo Ibar-Juicio Justo.

El primer pilar de su defensa: el testigo

La defensa ha presentado trece argumentos para defender que el juicio vuelva a celebrarse con todas las garantías para Ibar. Según comenta Krakenberger a elcierredigital.com, se pueden dividir en tres grupos.

Joseph Nascimento y Pablo Ibar.

El primero de ellos tiene que ver con uno de los testigos que prestó declaración. Dicho testigo “afirma haber visto el día que se producen los hechos a dos hombres en el coche de una de las víctimas, Sucharski”. Una situación que, según Krakenberger, no le resultó extraña hasta que se enteró del asesinato y acudió a la policía, donde dijo que “una de las dos personas en el coche era un hombre con pelo corto y que no estaba afeitado”.

A partir de esta descripción es donde las cosas se empiezan a complicar para Pablo Ibar. La policía ofrece al testigo “seis fotografías de seis personas, solo dos de las cuales están con pelo corto y sin afeitar”, ante lo que el hombre escoge las dos que se adaptan a su descripción, entre las que se encuentra una fotografía de Ibar.

Sin embargo, esta no es la primera vez que Ibar aparece. En una posterior rueda de reconocimiento (esta vez presencial), llevan al testigo a “la cárcel donde tenían detenido a Pablo”. En esta segunda ronda, la única persona común entre las fotografías y la rueda de reconocimiento física era Pablo Ibar. A causa de estas irregularidades “la defensa pidió que no fuera incluido el reconocimiento pero, desgraciadamente, el juez no lo estimó oportuno”.

Segunda prueba: el ADN

La segunda área en la que se basa la defensa para anular la cadena perpetua tiene que ver con una de las pruebas halladas: una camiseta en la que el asesino se habría limpiado el sudor, según recogieron las cámaras del piso donde fueron encontradas las víctimas. “Hay diversas manchas ahí de sudor, de saliva. El ADN del sudor y de la saliva no concuerdan con el ADN de Pablo”, explica Krakenberger. Sin embargo, años después “y tras varios análisis realizados por la adjudicatura en apelaciones, descubren una mancha mínima de ADN que tiene cierta coincidencia parcial, nunca entera, con ADN de Pablo”.

Según explica el portavoz, la defensa aportó testimonios de reconocida solvencia que indicaron que “esa manchita tiene toda la morfología de ser una contaminación”, algo habitual teniendo en cuenta que los hechos se remontan al año 1994 y que “no se sabía que el ADN de origen líquido podía traspasarse con suma facilidad, de prenda en prenda e incluso años después”. Por esto, consideran que es fácil que se hubiese podido contaminar con la ropa de Ibar recogida como prueba, que se almacenaba en la misma caja. Debido a esto, pidieron que la prueba no fuera incluida pero de nuevo el juez desestimó su petición.

El juez, pieza clave

La última parte de su defensa se centra en el juez, que cometió diversas irregularidades en el juicio. “En Florida tú tienes tasado el número de veces que puedes rechazar candidatos al jurado. Pues el juez permitió que la fiscalía rechazara bastantes más de los que tenía tasados. En cambio, no tuvo el mismo comportamiento con la defensa”, explica Krakenberger, que afirma que “en la propia selección del jurado el juez no fue imparcial”.

Además, existiría una relación del juez con personas involucradas en procesos previos de Ibar. “El juez había estado casado con una fiscal que había sido la fiscal de Pablo al inicio del proceso de apelaciones, esto ya de por sí debería invalidar. Y en segundo lugar, el fiscal que interviene en esta repetición del juicio había sido jefe del juez cuando el juez fue fiscal”, explica el portavoz.

Este magistrado, sin embargo, no podrá volver a juzgar a Ibar debido a que en Estados Unidos los jueces se eligen y, en esta ocasión, no fue reelegido.

Captura de pantalla de la web de crowdfunding habilitada para recaudar fondos que financien la defensa de Pablo Ibar.

Compensaciones y futuro para Pablo Ibar

Según expresa Krakenberger, tanto el abogado como el defendido se muestran seguros ante el nuevo proceso judicial: “Joe está muy confiado en sus argumentos, Pablo también. Es una apelación casi, si me apuras, hecha mano a mano los dos”. Nascimento, además, considera que “siempre hay posibilidades”, pero a medida que se asciende “más difícil es”. “Si no sacamos esta apelación ahora y tenemos que ir después al Tribunal Supremo de Florida, ahí va a ser más difícil”, explica el abogado.

“Para nosotros no es cuestión de optimismo ni de pesimismo. Aquí hay unas injusticias flagrantes. La clave es la determinación y eso es lo que nos hace funcionar en la asociación”, explica el portavoz de la Asociación Pablo Ibar- Juicio Justo, que también comunica el inicio de una campaña de crowdfunding para poder financiar el próximo proceso judicial del español. “Como Pablo ahora ya no está condenado a muerte, él ya no tiene acceso a los fondos públicos que hay previstos tanto en los Presupuestos Generales del Estado como en los presupuestos de la comunidad autónoma vasca para personas que afrontan condenas de muerte en el extranjero”, explica, y afirma que no piden “grandes desafíos” sino aportaciones pequeñas que puedan hacerles alcanzar su objetivo: los 160.000 dólares que faltan para poder afrontar los gastos de la apelación, que ascienden a 200.000 dólares.

Ibar podría pasarse más de 30 años en la cárcel incluso si este proceso resulta exitoso. Con respecto a la indemnización que podría recibir, Nascimento explica a elcierredigital.com que aunque “hay una ley en Florida que permite que una persona pueda demandar y ser indemnizado por el estado”, la indemnización “no es automática”. Para conseguirla, Ibar “tendría que demandar al Estado pero, además, tendría que demostrar su inocencia, que siempre es más difícil que demostrar una no culpabilidad”. Según confirma, “muy pocos casos llegan a este nivel en Estados Unidos”.

Por el momento, el primer paso es conseguir los fondos para demostrar que Ibar no es culpable y que, de este modo, pueda librarse de la cadena perpetua a la que lo condenaron.