Fran Jiménez y Joaquín Amills de la asociación SOSDesaparecidos han presentado al CND un escrito solicitando estas tres medidas urgentes. Ha sido mediante una reunión telemática con el actual director del Centro, el Teniente-Coronel Javier López. La reunión iba a celebrarse de forma presencial pero la situación sanitaria debido a la pandemia del coronavirus Covid-19.

Desde SOSDesaparecidos aseguran a Elcierredigital.com que “las conclusiones de la reunión son positivas” y que se han encontrado en el Centro Nacional de Desaparecidos “vocación de colaborar y buscar la efectividad más allá de buscar la clásica foto para la prensa”.

La geolocalización

La más acuciante de las medidas solicitadas es la geolocalización. “Uno de los grandes problemas que nos encontramos es que muchas veces la Policía tarde en geolocalizar los teléfonos del desaparecido porque hay que realizar una serie de trámites burocráticos que hacen de barrera. Entendemos que el derecho a la vida es el generador de todos los demás derechos y por lo tanto que la protección de datos, la intimidad… no existen sin éste principal que tiene que prevalecer”, explican.

Familares reclamando a sus desaparecidos.

“En ocasiones cuando desde la investigación han conseguido la triungulación y la geolocalización, no encontramos una persona sino un cuerpo o, en el mejor de los casos, que la persona se ha movido de sitio. El tiempo en una desaparición es importante”, cuentan. “El proceso es complejo. La Policía ha de pedir el permiso al Juzgado, estos a la compañía telefónica de turno y luego el proceso es el mismo, pero al revés (compañía, Juzgado, Policía) y se pierden muchos días. Es razonable hacerlo más rápido sobre todo cuando hablamos de personas vulnerables: ancianos, menores, personas con problemas cognitivos o de salud mental o personas con antecedentes de suicidio. Estamos hablando de salvar vidas”, recuerdan.

Los desaparecidos de larga duración

Este concepto ya lo contemplaban en SOSDesaparecidos en el borrador del Estatuto Víctima del Desaparecido y que ya existe en otros países. En España el período para dar por fallecida a una persona desaparecida es de diez años. “Por eso el reconocimiento de los desaparecidos de larga duración puede ser un gran paso para solucionar asuntos que acucian a familiares de los desaparecidos: no pueden vender propiedades, no existen ni los huérfanos ni los viudos… En ocasiones queda en el aire todo el estatus económico de la familia porque desaparece la persona que da sustento a la unidad familiar”, explican.

“Hemos llegado a ver situaciones que van desde lo más obvio como no poder dar de baja un teléfono hasta tener que ceder una casa a el banco porque no puede hacer frente a la situación. Lo mismo en personas de edad avanzada. A veces, el que desaparece es el que cobra una pensión y no hay amparos sociales. Son una serie de temas que son necesarios en una sociedad como la nuestra en la que se dan estos casos”, añaden.

Incapacitación temporal

La capacidad jurídica es la actitud para poder asumir nuestro derechos y obligaciones por nosotros mismos sin necesidad de recurrir a otro. Si no se carece de esa capacidad jurídica, se entiende que hay una incapacidad y otro puede asumir dichos derechos y obligaciones.

“Nos encontramos con la nueva disyuntiva entre que prevalezca el derecho a la vida frente a otros como la libertad. Por ejemplo, cuando desaparece una persona en tratamiento psiquiátrico y deja de tomar la medicación y no nota que estén perturbadas sus capacidades no pueden retenerla. Al no existir esa incapacitación judicial y eso, en muchas ocasiones, termina en situaciones de grave peligro para las personas. De nuevo chocamos con la burocracia. Estamos hablamos de incapacidades temporales. Se pretende algo muy sencillo, que cuando, por ejemplo, alguien ingrese en un hospital con n intento de suicidio se comunique de oficio y actúe la Fiscalía para que otro ejerza de tutor de forma temporal y que se adopten medidas cautelares. De esta manera si desaparece en este lapsus de tiempo ya habrá unas medidas a tomar”, solicita Amills.