La vida de Pablo Ibar ha vuelto a la actualidad con la serie de cuatro capítulos de Movistar + ‘En el corredor de la muerte’, basada en el libro del periodista Nacho Carretero, que se estrenó el pasado viernes 13 de septiembre.

La ficción protagonizada por Miguel Ángel Silvestre narra el controvertido caso del preso español en EEUU Pablo Ibar, que ha pasado hasta 16 años condenado a muerte en la cárcel de Raiford (Florida) por un triple asesinato conocido como "crimen de Nickelodeon" por el asesinato a sangre fría de Casimir Sucharski, mánager del club Nickelodeon; la modelo Marie Rogers y la modelo Sharon Anderson.

El suceso tuvo lugar en junio de 1994, pero nunca ha habido pruebas concluyentes que demuestren que el autor de los crímenes fuera Ibar, pero aun así ha pasado 25 años en prisión, la mayoría esperando su propia muerte.
 

Miguel Ángel Silvestre en 'En el corredor de la muerte'/ Movistar

En 2016, la Corte Suprema de Florida anuló la sentencia de pena de muerte y ordenó repetir el juicio, al determinar que había tenido "una defensa ineficaz" y había sido condenado a partir de pruebas "débiles y escasas".

En el cuarto juicio que celebró contra él en el Tribunal de Fort Lauderdale, los miembros del Jurado -siete mujeres y cinco hombres, de los cuales cinco son afroamericanos, cuatro hispanos y tres anglosajonas- condenaron a Pablo Ibar a cadena perpetua, tras declararle culpable el 19 del pasado mes de enero.

En junio de este año el abogado de Ibar, Benjamin Waxman recurrió la sentencia, alegando que su cliente no había tenido un juicio justo y tratando de demostrar hubo irregularidades en su procesamiento. Denuncia que hubo anomalías en la elección del jurado y la utilización y presentación de pruebas, así como sesgo en el juez del caso, Dennis Bailey.

Este es uno de los casos más famosos donde las incongruencias y la polémica por las decisiones judiciales ha pesado más que la propia condena, que en esta ocasión ha podido costarle la vida al español. Pero no es el único caso que históricamente ha creado controversia, sino que existen muchos condenados que han sido encerrados en prisión con juicios y pruebas donde no ha quedado suficientemente probada la autoría de los hechos delictivos e incluso tras años de condena, han salido absueltos por los crímenes que no cometieron.

En elcierredigital.com repasamos algunos de los errores judiciales más famosos que han supuesto la privación de libertad durante años a diferentes condenados injustamente:

Cathy Woods

Aunque la vida de Cathy Woods ha tenido un “final feliz”, la Justicia le arrebató 35 años de su vida. Un error judicial le llevó a la cárcel en 1980, tras declararla culpable por el asesinato de una estudiante en la Universidad Nevada, en Reno (Estados Unidos). Woods, quien padece trastornos mentales, nunca cometió tal delito.

Cathy Woods

En 1980 la corte la declaró culpable de haber asesinado a la joven de 19, pero finalmente, el análisis de ADN extraído de una colilla demostró que el crimen fue cometido por otra persona, concretamente por Rodney Halbower, delincuente que ya estaba preso por otros dos asesinatos.

El caso de Woods ha marcado un hito en la historia de Estados Unidos, ya que se trata de la mayor condena injusta en la historia de este país. Por ello, el Estado deberá pagarle a la mujer 3,5 millones de dólares. La nueva Ley de Nevada da 100 mil dólares por cada año que ha pasado una persona en la cárcel de forma errónea.

Bob Fenenbock

El californiano Bob Fenenbock ha pasado 28 años de su vida entre rejas por culpa de otro error judicial. El hombre fue condenado en 1991 por apuñalar en un campamento del condado de Trinity, California, a un pederasta que había abusado sexualmente de una niña.

Fenenbock siempre aseguró su inocencia, pero finalmente acabo en prisión, aunque ahora ha sido exonerado gracias a nuevas evidencias en el caso y la confesión del verdadero autor del asesinato. La condena fue revocada en agosto por un juez en el Tribunal Superior del Condado de Solano en el caso manejado por el Proyecto de Inocencia del Norte de California (NCIP).

El hombre era propietario de una concesión minera, trabajaba en un negocio de tala de madera y fue el primero en ser juzgado de una serie de personas por el asesinato. La víctima, un hombre llamado Gary Summar, fue golpeado y apuñalado hasta la muerte en campamento conocido como Hawkins Bar.

Bob Fenenbock

Bob fue condenado en parte por el testimonio de un niño de 9 años que, según los abogados defensores, había sido entrenado por un terapeuta y unos detectives para convencerle de que Fenenbock formaba parte de una mafia que conspiró para matar a Summar.

Tras anunciarse la condena, Bernard MacCarlie reconoció haber matado a Summar ya que se quería vengar el abuso sexual de la hija de su novia, como dijeron los abogados del NCIP. Además, aquel hombre que se jactaba de haber realizado abusos sexuales le hizo recordar a su etapa de niño, una época en la que padeció esta situación.

Después de conocerse la verdad, MacCarlie fue condenado y sentenciado a cadena perpetua, pero Fenenbock tenía que permanecer en prisión porque la confesión realizada por el verdadero asesino se consideraba como “evidencia posterior a la condena”, por lo que, en ese momento, se tenia que señalar como “infalible” la inocencia para ser considerada.

La Corte Suprema de California consideró que la confesión de MacCarlie era insuficiente y Fenenbock tuvo que esperar hasta 2017, cuando se enteró de que existía una ley en California que, respaldada por el NCIP, que permite presentar nuevas pruebas que puedan cambiar el resultado en un juicio.