Nadie hablará de Isabel Tocino cuando deje la vida pública tras 35 años en primera línea. Y es que esta santanderina de 72 años parece haber estado 'en todos los sitios' pero en ninguno. Porque su huella se confunde con otras pisadas.

Isabel Tocino fue diputada en el Congreso entre 1986 y 2002, ministra de Medio Ambiente con José María Aznar (1996-2000) y alargó su estancia en la Junta Directiva del Partido Popular hasta 2018 (año en el que su apoyada Soraya Sáenz de Santamaría perdió contra Pablo Casado).

Vida y milagros

Tocino, que pudo reinar en la derecha española, fue conocida como la 'Margaret Tatcher ibérica' y siempre ha sido señalada como una de las estrellas políticas del Opus Dei, y de momento parece no tener intención de jubilarse.

La vicepresidenta del Consejo del Santander España, expresidenta del extinto Banco Pastor, y miembro del Consejo de Estado, la Sociedad Internacional de Derecho Nuclear, la Sociedad Nuclear Española y la Real Academia de Doctores, ha surfeado durante dos décadas en el mundo de la empresa tras disfrutar de jugosas puertas giratorias en condición de expolítica cercana al PP, tanto con Aznar como con Rajoy.

Verano en Perbes

La vida de la empresaria y profesora universitaria Isabel Tocino cambió en 1985. Y es que Manuel Fraga se fijó en la cántabra, que había ingresado en Alianza Popular en 1983, y le realizó un encargo político.

"Me pidió que organizara una asociación de mujeres para que fuéramos integrándonos en política. Así es como nació la Asociación de Mujeres para la Democracia, y ahí comenzó mi vocación política", aseguró.

Tocino se convirtió en diputada en 1986 y, tras el fallido relevo de Manuel Fraga por Antonio Hernández Mancha, el PP se estrella en las europeas de junio de 1989. El desastre es de tal calibre que Felipe González, con mayoría absoluta y sin líder de la oposición con el que lidiar porque Fraga había anunciado que se iba a intentar recuperar Galicia para los 'populares', adelanta elecciones.

Isabel Tocino. Foto: Youtube. 

Y aquel verano Fraga descansa en su residencia coruñesa de Perbes con la mente puesta en Galicia, y con una tarea pendiente: designar al número 1 por Madrid en las elecciones generales de otoño de aquel 1989.

Su favorita era Isabel Tocino, pero hasta Perbes se acercaron Francisco Álvarez Cascos, Federico Trillo, Rodrigo Rato y Juan José Lucas con la intención de decirle que el candidato tenía que ser el joven presidente de Castilla y León, José María Aznar.

Manuel Fraga cedió tras el cónclave y Tocino lo recuerda así: "Nunca pedí a nadie ser aspirante a la presidencia del Gobierno y no di la batalla, aunque creo que España sí estaba preparada para que una mujer gobernase el país".

Quizás no lo estaban en su partido. Y es que el presidente de su tierra, Juan Hormaechea (PP), decía en 1990 que "Isabel Tocino es una monja alférez que no me sirve ni para una paja". Aquel incidente provocó que los 'populares' rompieran con Hormaechea un año antes de que éste lanzase un partido que, para enfado de Tocino, logró la investidura gracias al apoyo del PP.

Medio Ambiente

El triunfo de Aznar en 1996 llevó a Isabel Tocino a ponerse al frente del ministerio de Medio Ambiente a pesar de su nula experiencia en el ramo. El activista Juan López de Uralde asegura que Aznar fue "un presidente del Gobierno que en repetidas ocasiones mostró posicionamientos negacionistas del cambio climático".

Y de Tocino tiene un recuerdo revelador: "Lo que más recuerdo de ella fue cuando el vertido de Aznalcóllar en Doñana. Se rompió una balsa de decantación de una mina y se vertieron cinco millones de metros cúbicos de residuos tóxicos en el entorno de Doñana, pero su empeño fue meramente comunicacional, intentando por encima de todas las cosas que no trascendiera el nivel de afectación en el Parque Nacional".

Reina de las puertas giratorias 

'Economía Digital' desveló en 2017 la buena vida de Tocino por su presencia en múltiples consejos de Administración: "Las labores de Tocino en los órganos de dirección de las cotizadas le reportaron el año pasado 702.000 euros de ingresos. Percibió 82.000 euros de Ence, 39.000 de Naturhouse, 139.000 de Enagás y 442.000 de Banco Santander. En el ejercicio precedente (2015) rozó los 800.000 euros".

Tocino fue la elegida para presidir el extinto Banco Pastor. Pero aquel nombramiento de Ana Patricia fue advertido como un guiño del Santander a Feijóo, que quería mantener la identidad de la histórica entidad de crédito gallega. Pero la exministra duró cinco meses en el cargo y el Pastor ya es historia.

Aun así Ana Patricia, que cultiva un sorprendente discurso ecofeminista (en realidad capitalismo rosa y verde), parece utilizar a Tocino, actual vicepresidenta del Santander España, como su envés conservador.