La Asociación Nacional de Amigos de los Teatros históricos de España (AMIThE), constituida en 1994 para la protección, difusión, y promoción de los teatros históricos de nuestro país, celebra la gala de entrega de sus premios de teatro AMIThE 2022 el próximo sábado 24 de septiembre en el Teatro Circo de Albacete. 

En la primera parte de la gala, la Asociación entregará sus premios al actor Jaime Blanch y al Teatro Cervantes de Buenos Aires y en la segunda parte, los invitados podrán asistir a una "noche árabe en el Teatro Circo", donde se disfrutará de cantos y danzas andalusíes de la mano del arquitecto y músico, experto en música medieval española, Eduardo Paniagua y su grupo. 

AMITHE

La Asociación Cultural de Amigos del Teatro Circo fue creada en 1995 como un movimiento ciudadano, único en España, que tenía como objetivo recuperar el Teatro-Circo de Albacete, de la que se declara heredera. El presidente de esta asociación es el profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, Javier López-Galiacho, y su presidente de honor el actor Manuel Galiana.

Javier López-Galiacho, presidente de Amithe.

Por su parte, los premios AMITHE cumplen una triple finalidad: premiar la excepcionalidad de grandes trayectorias en el mundo del teatro; recordar al maestro Pepe Isbert, uno de los actores más conocidos e importantes del teatro español y que se encuentra enterrado en Tarazona de la Mancha, Albacete.

Por último, proteger el patrimonio arquitectónico-teatral que posee España, considerado uno de los más ricos de Europa. Dentro de este patrimonio está incluido el Teatro donde se celebran los premios, al que se añade, además, la circunstancia de ser el operativo más antiguo del mundo. 

Jaime Blanch, premio 'Pepe Isbert'

El premio 'Pepe Isbert' está considerado el premio teatral más importante que concede una asociación, en este caso AMIThE, por entregarse en un coliseo teatral circense, con la historia y singularidad que tiene el de Albacete, y por su impresionante palmarés.

En esta edición, los socios de AMIThE, con el Premio Isbert, reconocen en la persona de Jaime Blanch una larga trayectoria de éxito en el mundo del teatro, del cine y de la televisión, que le ha hecho ganarse el respeto y el cariño de sus compañeros y del público en general. 

Jaime Blanch

El actor Jaime Blanch nació el día 9 de septiembre del año 1940 en la localidad de Collado Villalba (Madrid). El intérprete creció en el seno de una familia de artistas, pues sus padres eran dos conocidos actores, José Blanch y Concha Montijano. Sus tíos también se dedicaban a la interpretación siendo igualmente muy populares, Montse y Modesto Blanch.

Posiblemente influido por el ambiente que le rodeaba, empezó su carrera profesional a muy temprana edad, con tan sólo 12 años. Tiene un amplio bagaje profesional tanto en televisión como en cine, pero puede considerarse sobre todo un actor de teatro, medio en el que tiene un gran prestigio y en el que está muy curtido.

Su debut, que tuvo lugar como hemos dicho con sólo 12 años, en 1952, se produjo en la película Gloria Mairena de Luis Lucía, a la que le siguieron, al año siguiente, La guerra de Dios de Rafael Gil, y su gran éxito protagonizando Jeromín, otra vez con Luis Lucía, con quien volvería a trabajar más adelante en otros títulos como Caballero andaluz, Un marido de ida y vuelta o Ha llegado un ángel. Después, ha rodado un gran número de películas, con algunos de los directores más prestigiosos del momento, como Antonio del Real en Araña y cierra España, Pedro Masó en la saga de La gran familia, o Álex de la Iglesia en Acción mutante y El día de la bestia.

En cuanto a la televisión, empezó a trabajar en ella a principios de los 60 protagonizando muchas de las obras de teatro que se emitían en programas como “Estudio 1”, “Novela”, “Tengo un libro en las manos” o “Teatro de siempre”. Entre sus diversos premios, cuenta con la medalla de oro de AMIThE, que recogió junto a sus compañeros de generación Manuel Galiana y Emilio Gutiérrez Caba en 2016.

En la última entrevista concedida a elcierredigital.com, Jaime confesó que para él supone una gran satisfacción y honor que le otorguen el premio nacional de teatro 'Pepe Isbert'. "Primero, porque siempre es agradable que te den un premio en reconocimiento a tu trabajo y segundo, porque viendo la lista de grandes actores y actrices y de escritores como Antonio Gala que lo han recibido, es una inmensa alegría formar parte de ella. Por otra parte, es pensar también de dónde vienen los premios, de una asociación de amigos del teatro que ha hecho una labor impecable con el teatro de Albacete, que es un monumento nacional. Eso lo adorna mucho más, el premio es doble. Además, Pepe Isbert, por el que siento un gran afecto y admiración, tuve la suerte de trabajar con él y es estupendo recibirlo de una asociación tan necesaria como esta".

El Teatro Cervantes de Buenos Aires, XVII premio internacional Gregorio Arcos

El Premio internacional “Gregorio Arcos” a la conservación del patrimonio teatral es un galardón único en su género en España y singular a nivel mundial, que nació en recuerdo del patriarca de la cuchillería en Albacete, Gregorio Arcos (mecenas de la Asociación), para distinguir una acción institucional o personal de protección del patrimonio teatral español.

Teatro Cervantes de Buenos Aires.

En su XVII edición, AMIThE quiere distinguir al Teatro Cervantes de Buenos Aires (Argentina) en su centenario (fue inaugurado en 1921), por su extraordinaria conservación y belleza, y por su vinculación con la cultura de España, ya que fue levantado por la reconocida actriz española María Guerrero y su marido, Fernando Díaz de Mendoza (Conde de Balazote), llevando, además, el nombre del más ilustre escritor en lengua castellana, Miguel de Cervantes.

La inauguración del Cervantes el 5 de septiembre de 1921, tuvo una doble significación. Por un lado, para Argentina constituyó un verdadero acontecimiento cultural y social que convocó a artistas, intelectuales, políticos y a lo más granado de la sociedad de principios de siglo. El suceso mereció un despliegue excepcional por parte de la prensa porteña.

Por otro, fue la cristalización del sueño más anhelado de la actriz española María Guerrero y de su esposo, Fernando Díaz de Mendoza, matrimonio que no sólo empeñó su voluntad y toda su energía, sino su fortuna personal.

Actriz, directora de escena, maestra de artistas y musa inspiradora de los dramaturgos de su tiempo, María Guerrero llegó por primera vez a Buenos Aires en 1897, encabezando la compañía que dirigía con su esposo. Tenía 30 años y un nombre que se asociaba con la renovación del arte dramático y escénico de España, donde el público la amaba. Argentina terminó adorándola.