Negras sombras planean sobre el futuro de Abengoa y, consecuentemente, sobre la Fundación Fondo de Cultura de Sevilla (Focus), una entidad de promoción cultural fundada en el año 1982 por el gigante andaluz.

Tras años de arrastrar una crisis estructural, Abengoa tiene su matriz inmersa en un concurso de acreedores, la mayor suspensión de pagos de una empresa española desde la crisis financiera de 2008. La compañía de infraestructuras de la energía y el agua, con una plantilla de 15.000 trabajadores y plantas en España, Brasil, México, Chile, Uruguay y Perú, se declaró insolvente ante la inviabilidad de superar una deuda de 6.000 millones de euros tras no obtener la financiación necesaria para reflotar su proyecto, cifrada en 500 millones y después del fracaso en la obtención de apoyo de la Junta de Andalucía y de la Generalitat Valenciana, a las que reclamaba un rescate de veinte millones. Además, su principal filial, Abenewco1, está ahogada por deudas a proveedores y bonistas, y negociando en paralelo un rescate público, por un lado, y la oferta de compra por parte de dos grupos interesados, por otro.

Sede de Abengoa en Sevilla. 

En definitiva, un panorama nada halagüeño que, pese a las ofertas, acerca más al grupo al abismo de un concurso que afecte a todo el conjunto y no únicamente a su matriz, una situación que haría peligrar también a la Fundación Focus.

Ya en 2019, Abengoa se vio obligada a ratificar su compromiso con la entidad, aunque también por entonces admitió que trabajaba en la ampliación de patronos que colaborasen en el sostenimiento de la iniciativa. Y es que la crisis que arrastra desde el año 2015 el buque insignia de la ingeniería andaluza también resiente las cuentas de la fundación, que depende prácticamente en su totalidad de las donaciones de Abengoa.

De hecho, la entidad ya tuvo que echar mano en el pasado de obras de arte en su haber para reforzar su patrimonio neto y garantizar la continuidad de su plan de actuación. En concreto, de Santa Rufina, un cuadro de Velázquez valorado en 12,6 millones de euros y adquirido por la propia fundación en una subasta de Sotheby's en 2007.

De este modo, en la memoria de 2015 de Focus se explica que, ante las dificultades de Abengoa, principal contribuidor de donaciones con unos seis millones de euros anuales, tuvieron que adoptarse determinadas medidas "financieras", entre ellas, la aportación de la obra Santa Rufina a "dotación fundacional".

En una fundación, esta partida dentro del balance es equivalente al capital social de una empresa. Junto con las reservas, forma los fondos propios. Y, junto a otras partidas menores, constituye el patrimonio neto, es decir, que refleja el valor de la sociedad. El patrimonio neto de Focus a diciembre de 2015 era de 28,7 millones de euros, frente a los 29,3 millones de 2014.

Patrimonio de valor incalculable 

Con sede en el Hospital de los Venerables, un espacio declarado Bien de Interés Cultural cedido por la Hermandad de los Venerables y el Arzobispado hispalense, la fundación ofrece exposiciones y promueve tareas educativas, investigadoras y asistenciales. Se trata de una institución reconocida por su labor cultural que, además, ha repatriado a Sevilla obras pictóricas de enorme valor adquiridas en el extranjero.

El cuadro Santa Rufina de Velázquez. 

Entre ellas se encuentra la ya citada Santa Rufina, principal activo de Focus, pero no el único. Entre 2007 y 2009, cuando Abengoa vivía su máximo esplendor, en pleno auge de las renovables y de crecimiento del grupo, Focus adquirió otro Velázquez, La Inmaculada Concepción, por 8 millones de euros, y la obra Vista de Sevilla, un anónimo del siglo XVII. También se hizo con el cuadro Santa Catalina de Alejandría, de Bartolomé Esteban Murillo, San Joaquín y Santa Ana, de Francisco de Herrera, el Viejo; y La Sagrada Familia, de Bartolomeo Cavarozzi.

Además, en 2010, la fundación adquirió, por más de 400.000 euros, cuatro esculturas de Gustavo Torner, artista español conocido por las esculturas de la Plaza de los Cubos, en Madrid.

La Fundación Focus tiene, asimismo, un fondo bibliográfico de incalculable valor que supera los 37.000 volúmenes, la Biblioteca del Barroco, entre los que se incluye el Legado donado por el exdirector del Museo del Prado Alfonso E. Pérez Sánchez, y que constituye una de las bibliotecas y fototecas privadas de Historia del Arte más importante de España.

Ahora, todo el patrimonio de la Fundación Fondo de Cultura de Sevilla se encuentra bajo la amenaza del devenir de Abengoa y sus muchos años de gestión ineficiente, en los que han primado las relaciones con líderes políticos y mediáticos por encima de la transparencia.