Sembrador de Almas

En su obra literaria la poesía florece por dentro y por fuera. Él enriquece las palabras a las que se le ruborizan las mejillas, habitan en el alma de cada verso que acceden a la luz encapsulada a ras de cielo... Navegan en velero sangre arriba sobre las arenosas dunas del tiempo, envueltas en filamentos de vida... Hablo de Calixto Torres Perales.

El 14 de marzo muy merecidamente ingresó en la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba. Pronunció su discurso como Académico Correspondiente por Fernán Núñez, bajo el título: 'Suspiro de Artemisa, quince años de emoción e imagen en torno al verso y sus asombros'. El lugar elegido ha sido la Fundación Miguel Castillejo.

Allí nos congregamos muchos corazones rebosantes de cariño para con Calixto. Y para con Francisco Solano Márquez Cruz, Académico Correspondiente con residencia en Córdoba, su trabajo de presentación estuvo acunado bajo el epígrafe: "150 años del libro "Paseos por Córdoba" -de Teodomiro Ramírez de Arellano-.

Calixto es un trabajador inagotable, una mente clarividente. Literariamente su fuerza es imparable y sus principios sólidos. En la parte izquierda de su pecho se aloja un diamante. Es director de las editoriales "Detorres Editores" y "Ediciones todoverso", y de la revista: Suspiro de Artemisa.

Un momento de la participación de Calixto

La poesía está indisociablemente unida a su latido sistólico desde su más tierna adolescencia y con ella sacia el hambre del espíritu. De su forma de escribir se advierte su lúcido momento de madurez. Él corteja a la palabra a la que dota de expresividad, y por medio de ella escanea la textura de las entrañas.

Nos muestra cicatrices que son lirios inmortales que se desvanecen en brazos de la luna deshojada, que libra batallas que son recordatorio desde el que emana la madrugada, desvestida, quebrada.

Si yo tuviera que hacer una sinopsis de su discurso de ingreso diría que está impregnado de una pureza bíblica. Vibrante y bien construido. La literatura reside al otro lado de sí mismo, al pie del volcán de las letras que construyen memoria, que establecen un vínculo con el yo colectivo. La medianoche mira al límite mortal del infinito con su vuelo lírico que conquista las afueras y los alrededores de la herida que hilvana horizonte y firmamento.

Imagen del acto en honor a Calixto Torres Perales

Calixto nació consagrado al proceso creativo, está en constante búsqueda como una necesidad de migración interior. Le toma las constantes vitales a cada sílaba que albergan varias vidas. Él y la escritura se miran de tú a tú y en cada pupila despunta el sol y la vida resucita. Él crea tejidos literarios, estudia la anatomía de cada fonema creando un adictivo cóctel de palabras que con mimo mezcla, agita, consiguiendo un fértil terreno donde siembra almas.

La poesía es su circulación sanguínea, su carótida, su ecosistema. Con constancia moldea cada signo de puntuación y reivindica el valor testimonial de la escritura y con ella se bate en duelo. Con el ingreso en la Academia consolida su posición como un gran defensor de la cultura, y en este contexto se convierte en uno de los máximos exponentes de la poesía cordobesa.

"Tierras de voluntades y cobijos,/ de sangre sin pulir y centenaria./ Cada aurora musita una plegaria/ versada en la nobleza de tus hijos./ Tu Ventojil suspira entre cortijos./ Tu palacio es la musa imaginaria.../ El barroco en tu iglesia luminaria/ muestra entre amor y fe sus regocijos./ Tus fuentes cristalinas dulcifican/ la sementera, en su latir soñado./ Y el calvario, de centinela errante,/ alardea del orgullo que predican/ las esculturas que ofrendan tu ducado/ al dar la bienvenida al visitante." (Extraído del Discurso de Ingreso a la Real Academia de Calixto Torres).

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