02 de junio de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

La declaración del presidente Carlos Torres en el 'caso Villarejo' y la guerra en Gaza empañan a la entidad financiera española en su crecimiento

El conflicto israelí-palestino golpea a la filial turca del BBVA: La empresa Garanti se desploma en Bolsa

El Cierre Digital en
/ Torres
El BBVA está en máximos históricos de beneficios, ha elevado el pago de dividendos a sus accionistas, goza de un buen presente en países como México, ha recuperado terreno perdido en Bolsa y prepara el salto de su exitoso procesador de pago latinoamericano a España, pero el revés bursátil que sufre Garanti a cuenta del conflicto israelí-palestino y la declaración judicial de Carlos Torres han empañado la situación.

El 'dulce otoño' que disfruta BBVA está cimentado en unos beneficios récord (3.878 millones de euros en el primer semestre de 2023, lo que supuso un crecimiento de un 31 por ciento) que van a refrendarse cuando se publiquen los resultados hasta el tercer trimestre (que le volverán a colocar por delante de los resultados de 2022, año en el que ganaron en total 6.420 millones). 

La entidad de crédito española ha contentado a sus accionistas repartiendo dividendos este pasado 11 de octubre de 16 céntimos por acción, lo que supone un 33 por ciento más que el curso pasado, y ha recobrado aliento en Bolsa al situarse en torno a los 7,50 euros por acción, con lo cual Carlos Torres confirma que casi ha duplicado los resultados de cuando él tomó los mandos del BBVA (el 1 de enero de 2019 el banco cotizaba a 4,64 por acción). 

Eso sí, en los mercados el BBVA sigue a años luz de los 18 euros que blincó en el año de la precrisis, 2007, pero las sensaciones son buenas por los extraordinarios números en España y México, y negocios como su exitoso procesador de pagos latinoamericano, que va a ser importado al Estado español. 

Empañando el momento 

La declaración judicial de Carlos Torres a cuenta del 'caso Villarejo' no será tenida en cuenta tras una reclamación del BBVA ante la Audiencia Nacional que ha sido estimada por la Sala de los Penal, que dio por finalizada la instrucción el pasado 25 de julio. 

Aun así, la foto del paseíllo judicial de su presidente y la depreciación bursátil de su filial turca Garanti a cuenta del conflicto israelí-palestino, que le ha supuesto una caída del 13 por ciento en dos semanas, empañan la situación. 

Las simpatías del presidente otomano Recep Tayyp Erdogan hacia Hamas golpean a Garanti, cuya acción ha pasado de valer casi 52 liras a menos de 45, tal y como subraya The Objective. Eso sí, el banco turco sigue casi en máximos históricos, ya que el pasado año cotizaba en torno a 22 liras. Cabe recordar que el techo de Garanti en el parqué se produjo en agosto, cuando rebasó las 55 liras por acción. 

Éxitos latinoamericanos

El BBVA se ha convertido en la principal entidad de crédito en préstamos sindicados de Latinoamérica, llegando a lo más alto tras superar a JPMorgan. La compañía española se coloca líder del crédito a grandes empresas gracias a filiales como las mexicanas Bimbo y Cinépolis. 

BBVA. 

Otra alegría que le llega al otro lado del charco está motivada por su startup Openpay, que cumple diez años en forma. Este negocio impulsado desde México ha aterrizado con éxito en Colombia, Perú y Argentina. 

El éxito del procesador de servicios de pagos (PSP) para empresas y comercio electrónico ha sido tal que en 18 meses ha pasado de contar con 10.000 negocios a rondar los 100.000, por lo cual está previsto que se implante en España en 2024. 

El BBVA y Turquía

La salida de la presidencia del BBVA a cuenta del caso Villarejo de Francisco González (FG), que fue juzgado por administración desleal, provocó una inestabilidad interna que Carlos Torres no parece encauzar

Y es que el directivo español temía que Manuel García-Castellón lo imputase por las cloacas villarejiles, hecho que le apartaría de la presidencia de uno de los principales bancos europeos, o que fuese desalojado por su número dos, el turco Onur Genç

Cabe recordar que Genç se convirtió en CEO del BBVA tras la salida de FG. La intención del banco con su nombramiento era lanzar un guiño a Turquía, que libraba varias batallas políticas y económicas de la mano de su controvertido presidente Recep Tayyip Erdongan

Y es que el BBVA tiene intereses en el país otomano desde que en 2011 entró en el accionario de su segundo banco, el Garanti, del que se convirtió en principal accionista en 2017. Genç, que había vicepresidido durante cinco años esta entidad, ascendía al número dos del banco español. 

Al cargo accedió respaldado por una campaña mediática favorable en la que se destacaba su fama de 'cerebrito' (fue número uno de su promoción al licenciarse en Ingeniería), su trabajo en la poderosísima consultora estadounidense (y por lo tanto Occidental) McKinsey & Company. 

El BBVA intenta eliminar los fantasmas que sobrevuelan Turquía y repite de forma machacona que el país tiene buenas perspectivas macroeconómicas, en términos de tamaño, crecimiento, población joven y tejido industrial. 

La entidad española estima que el PIB de Turquía tiene un crecimiento potencial de un 3,5 por ciento por año. Es un socio comercial relevante para Europa: un 56 por ciento de las exportaciones turcas en 2020 tuvieron como destino el viejo continente. 

Y aseguran que la inversión es a largo plazo porque el margen para crecer en el negocio bancario en el país otomano es muy elevado: el endeudamiento de las familias supone un 17 por ciento del PIB, frente a un 69 por ciento de la media de la Unión Europea. 

Eso sí, el Banco de España (espantado por la operación porque prefería el rescate del Sabadell por parte del BBVA) recordó el pasado año en un informe que "Turquía se enfrenta a una serie de retos, entre los que destacan la elevada inflación, las bajas reservas de divisas, la creciente dolarización de los depósitos, las elevadas necesidades de financiación exterior y el significativo endeudamiento en divisas de las empresas no financieras con los bancos turcos".

Lo que querían decir es que Turquía está en manos de Erdogan, que ha cesado a tres gobernadores del Banco Central en la última década, está depreciando la lira (que ha perdido el 80 por ciento del valor en los últimos diez años) y ha conducido en sentido contrario al bajar tipos (receta para tiempos estables) en plena ola inflacionaria.

COMPARTIR: